El uso de microondas suscita muchas dudas, incluso una vez entendido su funcionamiento. En la entrada previa hablamos de cómo funcionan los “hornos” microondas. En esta hablaremos de algunas dudas que suelen surgir cuando hablamos de este electrodoméstico o de algunos productos especialmente diseñados para ellos.

¿Por qué se calientan algunos recipientes y otros no?

El calentamiento de los recipientes se debe a dos motivos. El primero es muy obvio, y consiste en el contacto con el alimento que se está calentando. Si en el interior de un recipiente hay un alimento caliente (a causa de la radiación microondas) el recipiente se calentará por conducción. Al menos la parte del recipiente en contacto con el alimento. En función del grosor del recipiente y de su conductividad térmica, el calor seguirá migrando al exterior y puede que al cogerlo nos podamos quemar. Este es el motivo por el cual no debemos utilizar recipientes con baja tolerancia al calor, como algunos plásticos, que pueden llegar a fundirse.

El siguiente motivo por el que pueden calentarse los recipientes es por su composición. De esta manera si el material del que está hecho el recipiente contiene algo de humedad, o algún otro componente polar que puede estar afectado por las microondas, como elementos metálicos o ciertos minerales, se calentará al igual que los alimentos húmedos. Los materiales diseñados para microondas no suelen verse afectados por esta radiación y no se calientan por este motivo.

¿Qué pasa con los metales? Me dicen que no puedo introducir metales en el microondas, pero he visto algunos microondas con metales en su interior o utensilios para microondas con metales.

Los metales reflejan la radiación microondas, al igual que un espejo refleja la luz. Un reflejo excesivo puede llegar a estropear el magnetrón, al igual que hacer funcionar el microondas vacío. Las microondas pueden llegar a generar corrientes eléctricas en los metales, algo que contribuye a su calentamiento, y en el caso de metales muy finos pueden llegar a fundirse. Y dependiendo de su forma pueden generarse chispas. Así las partes más afiladas actúan como si fuera un pararrayos. Por ese motivo se desaconseja su introducción en el microondas. Tanto de metales como de materiales metalizados.

Sin embargo, si estos metales tienen la forma adecuada no generan problemas. Por tanto, materiales metálicos específicamente diseñados sí que pueden introducirse en el microondas.

¿Por qué el calentamiento de los productos en el microondas no es tan uniforme como me han prometido?

Esto tiene varias explicaciones. Por un lado, puede que la composición del alimento no sea tan uniforme como crees. Y en ese caso las partes con más humedad se calentarán antes, mientras que las que contienen menor humedad lo harán de manera más lenta, y no solo por la acción de las microondas, sino también por conducción desde las partes más calientes.

Una segunda explicación consiste en el diseño del microondas. Como hemos comentado el magnetrón emite unas ondas que van rebotando hasta que encuentran un producto que las absorba. Pero en función del diseño estas microondas impactan con más eficacia en un sitio u otro del recipiente, y no penetran la totalidad del alimento, solo unos pocos centímetros. Para uniformizar el tratamiento los microondas se suelen diseñar con un plato giratorio, que minimiza estas desigualdades. Pero en ocasiones es necesario parar el tratamiento y remover el contenido del interior, para uniformizar las temperaturas y humedades del interior, antes de un nuevo tratamiento. Esto suele ser muy útil en productos tipo purés o cremas.

He comprado una pizza para hacer al microondas y viene con un cartón para poner en la base. ¿Debo utilizarlo?

Este cartón está metalizado y el material se llama susceptor. Los materiales susceptores están diseñados para elevar mucho su temperatura por la acción de las radiaciones microondas. De esta manera pueden alcanzar casi los 200ºC. Por tanto, el material susceptor permite calentar el alimento que está en contacto con él como si fuera el piso de un horno. Como la pizza es un producto muy fino, con una base plana (buen contacto con el cartón), y con una parte superior que no debe quedar muy seca y tostada, se adapta muy bien a este tipo de calentamiento. Por tanto la respuesta es sí, se debe utilizar si queremos obtener una pizza crujiente en su base.

Este tipo de materiales se ha intentado utilizar en otras elaboraciones. Sin embargo, la forma de los productos (mal contacto y calentamiento deficiente) o la excesiva sequedad del interior de los productos tras el tratamiento con microondas, han hecho que no tengan éxito.

He visto microondas que prometen la posibilidad de obtener productos crujientes. ¿Es posible?

El calentamiento con microondas nunca será igual que el de un horno convencional, pero hay mecanismos que nos pueden ayudar a solventar estas diferencias, especialmente en algunos productos. En estos casos se busca rapidez, sin perder propiedades.

Para ello hay distintas posibilidades. Por una parte, algunos “hornos” microondas incluyen una resistencia en la parte superior. Esta resistencia está especialmente diseñada para este tipo de hornos. Si combinamos la acción de las microondas con el calor que proporciona la resistencia se pueden conseguir productos algo más dorados en su parte superior. Pero hay que tener en cuenta que el tratamiento con microondas es rápido, y por tanto el color proporcionado por la resistencia sobre la parte superior será mucho menor que el de un horneado tradicional. Y si decidimos prolongar el tiempo de tratamiento con el microondas existe el peligro de desecar en exceso el interior del alimento. Por tanto, este tratamiento será más efectivo para productos muy finos, donde no sea un problema una excesiva sequedad, incluso puede ser una ventaja.

Más modernos, caros y difíciles de encontrar son los hornos microondas que inyectan aire caliente sobre el alimento. En este caso se mezcla el efecto de las microondas con algo similar a un air fryer (freidora de aire). Estas corrientes de aire caliente suben la temperatura del exterior del producto, donde inciden, muy rápidamente por convección. Además, las corrientes de aire ayudan en el proceso de evaporación del agua, al desplazar el vapor de agua formado de la superficie. Por tanto, se ayuda al proceso de desecación y formación de una corteza. Este calentamiento tiene la ventaja de ser mucho más rápido que el conseguido con una simple resistencia, y por tanto ayuda a que el interior no se deseque demasiado.

He visto bizcochos listos para preparar al microondas. ¿Es esto posible?

Pues no sé que decirte. Es verdad que se puede obtener un producto tipo bizcocho, pero tiene algunos trucos. Suelen ser productos tipo mug cakes. Un preparado en seco para mezclar con líquidos e introducir en el microondas en el interior de una taza. Este producto tiene dos particularidades. Como la radiación microondas suele secar mucho el interior, en estas recetas se consigue jugosidad con la incorporación de grasas, aunque también pueden incorporar algún hidrocoloide para ayudar a retener el agua. Por tanto, no son los productos más sanos y menos calóricos, pero también es verdad que los bizcochos tampoco es que sean los productos más sanos y menos calóricos. Por otra parte, en el tratamiento con microondas no se obtiene una corteza más seca y con color tostado. El que la corteza no sea seca no es un problema para un bizcocho, como sí que lo sería en un pan. Y para evitar tener un color blanquecino se les suele dar un color uniforme en todo el bizcocho (sin diferencias entre el interior y el exterior). Así estos bizcochos suelen ser de chocolate, con un color más oscuro obtenido por la incorporación de este ingrediente, o con un color marrón que suele generarse al incorporar galleta triturada.

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